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Llega a la galería Elvira González la cuarta exposición del artista fotógrafo robert mapplethorpe (Nueva York, 1946-Boston, 1989). Las tres anteriores tuvieron lugar en 2011, 2013 y 2019. Ahora, son 28 fotografías de medio formato, datadas entre 1977 y 1987, con predominio de retratos corporales (en su mayoría desnudos), flores, una vista fragmentada de un interior con una ventana al el fondo, y la marca de una planta de trigo y su sombra.

Esta última pregunta es significativa porque, en realidad, todas las imágenes que aquí podemos ver presentan un juego fotográfico de contrastes entre cuerpos, objetos, espacios… y sombras. Algo que queda explícitamente formulado en el título de la exposición: alabanza en la sombraque hace referencia al libro de meditación del escritor japonés Junichiro Tanizaki (1886-1965) alabanza de la sombrapublicado en su versión original en Japón en 1933.

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La referencia es explícita en la hoja de la habitación, que contiene la siguiente cita de Tanizaki: “…creo que la belleza no es una sustancia en sí misma, sino sólo un dibujo de sombras”. Al final de su libro, Tanizaki señala su deseo de ampliar en la literatura o las artes el “universo de sombras” que estaríamos disipando en los tiempos actuales.

Las fotografías de Mapplethorpe nos dejan con un signo de interrogación frente a lo que vemos

Y creo que los escritos de Tanizaki sobre las sombras hablan profundamente de lo que nos transmiten las fotografías de Mapplethorpe, que van mucho más allá de una mera reproducción simplista de lo que podemos ver, para colocarnos con un signo de interrogación frente a lo que vemos, desencadenado especialmente con la juego de contrastes en el que las sombras tienen una función primordial.

[Mapplethorpe, el elegante artista que vestía de cuero]

Todas las fotografías recogidas están impresas en blanco y negro, lo que sin duda favorece la concentración de la representación y de nuestra visión. En ellos, además, siempre hay un aliento erótico, un erotismo abierto lo cual se vincula no sólo con las diversas manifestaciones del deseo, sino también con el impulso vital. En las fotografías de Mapplethorpe también encontramos, como en Marcel Duchamp, la intensa asociación de vivir con eros: eros es vida.

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Robert Mapplethorpe, 'Bruce', 1980 © The Robert Mapplethorpe Foundation.  Cortesia Galeria Elvira González

Robert Mapplethorpe, 'Bruce', 1980 © Fundación Robert Mapplethorpe. Cortesía Galería Elvira González

El núcleo de lo que vemos nos lleva a dinamismo de los cuerpos humanos, cuerpos vivos que, en sus proyecciones de luces y sombras, con sus expresivos movimientos, nos cuentan lo que sienten y lo que hacen. Ésta es para mí la cuestión central de la propuesta fotográfica de Mapplethorpe, que lo sitúa como uno de los artistas de referencia de la segunda mitad del siglo XX: los cuerpos hablan, debemos entender su lenguaje.