El actor Miguel Rellán actúa en el Teatro Principal de Alicante

Viene a Alicante con una obra de teatro, volver a casa, de Harold Pinter, que destaca la vida de una particular familia con sus luces y sombras. Vamos, como todos.

Sí, me temo que sí. Lo que pasa es que en este caso Pinter elige una familia, como podría elegir una patrulla de mecánicos, para hablar de seres humanos. Pinter dijo que su teatro era difícil y que es difícil hablar de él porque entiende que es contradictorio y confuso, pero que intenta reflejar la vida que para mí es contradictoria y confusa. A veces, en los ensayos, se nos ocurrió que volver a casa Es como si camináramos por la calle por una acera y se abriera una ventana en un entrepiso y nos ofrecieran el espectáculo de una familia de la que no sabemos nada. Se aman, discuten, mienten, se dicen la verdad… Y al cabo de hora y media se cierran las ventanas y nos quedamos comentando lo que vimos. Es el tercer trabajo que hago de Pinter y creo que en general lo que hace es ponernos un espejo delante y decirnos: no lo escondas, este eres tú. Me parece que el índice de estupidez en los últimos años ha crecido exponencialmente en todo el mundo. Empezando por quien nos envía. Y como siempre, nosotros, los ciudadanos, tenemos la culpa de lo que nos pasa porque elegimos a los políticos. Esto demuestra la importancia del teatro.

¿Hasta qué punto es necesario para un actor volver de vez en cuando al teatro?

Bueno, siempre estoy haciendo teatro y de vez en cuando hago cine o televisión para llenar la nevera hasta la mitad. El teatro es la verdad, el cine es el arte del director, te cortan. Es lo mismo que cantar rock u ópera. En los últimos tiempos cualquiera puede cantar. Pero sube al escenario a cantar. Esto es diferente. El cine es imagen y el teatro es verdad. El teatro es una mentira que se acuerda con el espectador, yo pretendo ser otra persona y el espectador finge creer pero sabe que no soy Ricardo III. Entonces, en cierto modo, aunque tenemos tantas imágenes y música por todas partes, ahora más que nunca la gente va en vivo, sea lo que sea, porque es impredecible. La mejor representación es la siguiente.

Las series han dado un empujón de oxígeno a la profesión en los últimos años. Estás de acuerdo con Antonio Resines en Pedimos disculpas por los inconvenientes., que estrenó su segunda temporada el jueves. Parece un poco escéptico sobre el mundo de la imagen.

No hay posibilidad. La experiencia ha sido muy buena. Si me ofrecen películas y mis representantes me dicen que me darán unos cuantos dólares, bueno, las acepto, pero muchas veces no me interesa. Soy un tirador. Ahora voy a filmar con Martínez Lázaro y estoy acostumbrado a los cortes en el papel, cosas que cuestan mucho trabajo que no aparezcan o que la película no se estrene. Entonces tengo una especie de distancia. Otra cosa es trabajar con amigos. Juan Cavestany y Álvaro Fernández Armero poco más que inventaron esta serie un poco a medida porque me encanta la música y quería un guión de un director de orquesta. Me llamaron para decirme que habían inventado la historia de un director de orquesta y quedé feliz... pero no era el papel para mí, era para Resines (risas). Trabajar con amigos es muy diferente, es maravilloso, pero no siempre sucede y no queda otra que aceptar las cosas.

¿Con quién no dudarías?

Cuando empecé sólo quería filmar con Carlos Saura o Manuel Gutiérrez Aragón, y en teatro, con Nuria Espert y Adolfo Marsillach. Tenía mucha hambre hasta que me di cuenta de que había que hacer todo. De todos modos, no veo las películas después. También sé decir que no con mucha habilidad. Pero en cine y televisión si me pagan pago, en teatro no. El teatro es muy duro, hay que tener mucha disciplina, es una escuela de seres humanos; Aprendes a ser generoso con los demás y a que los demás sean generosos contigo, pierdes la timidez, aprendes a trabajar en equipo, además de adquirir mucha cultura. También tienes que elegir con mucho cuidado a tus parejas porque encuentras novios para dos años con los que tienes que vivir.

¿Ha cambiado mucho la forma de hacer películas y series en los últimos años?

Técnicamente es obvio. Los cables se han ido. Pero no creo que ahora se estén haciendo mejores películas y series. Un responsable de una plataforma me dijo que la calidad vuelve a bajar para el público, por eso tiene demanda. Tengo la impresión de que está todo dicho. En La odisea, Homero lo contó todo y Shakespeare terminó. Entonces depende de cómo cuentes.

Ganó un Goya por mi tia en 1986. ¿Ya no tocas otro?

No lo sé. Tengo muchos premios y también tengo una distancia agraciada con los premios. A menos que me convenzas de lo contrario, los premios están ahí para promocionar algo. Se puede medir quién salta más, pero ¿cómo se mide si un actor es mejor que otro? Cuando me dan uno, que me dan muchos a lo largo de mi carrera, hablo mucho de Camus, de que si te dedicas insistentemente a una disciplina artística, tarde o temprano te darán un premio, lo difícil es merecerlo. Tengo muchas que no merezco y otras que merezco no me las dieron.

Un actor no tiene edad para jubilarse porque en una película, teatro o serie hay personajes de todas las generaciones. ¿Piensas en este momento?

No. ¿Alguien que se dedica a una actividad creativa se jubila? ¿Los poetas? ¿Los escritores? Bailarín porque no puede levantar la pierna, pero ¿por qué Vargas Llosa no se retira? En este trabajo la salud te quita el día que ganas algo y eres medio estúpido porque no te queda otra opción. Chaplin decía que en esta vida sólo hay tiempo para ser aficionado.

Hace unas semanas se aprobó el Estatuto del Artista. ¿Habrá un antes y un después en la situación del sector?

Bueno, no lo conozco. Como decía El Brujo, es como hacer el estatus de caballero andante. ¿Que quieren ellos? ¿Que los que están en paro reciban una prestación? En primer lugar, hay muchos actores que están en paro porque se lo merecen, porque son malos, porque no son profesionales, simplemente son bonitos. Hay actrices clonadas e intercambiables a las que sólo les interesa ser famosas. Y tienen todos los derechos del mundo. Hacer cine y televisión es muy fácil, decir el texto -y ahora ni eso porque no hablas-, y no tropezarte con los muebles, es fácil. Vi una gran cantidad de cadáveres exquisitos que devorarían el mundo. Pero ser actor es otra cosa.

Si te llamaran ahora mismo para ofrecerte una película, serie o obra de teatro, ¿a quién te gustaría escuchar al otro lado de la línea?

Bueno, para un amigo. Tengo muchos, afortunadamente. Desde Fernando Colomo a David Galán Galindo o Jorge Coira. Además, serían grandes proyectos. Generalmente tengo suerte. Lo que pasa es que de vez en cuando hay algún niño que cree en algo. Hago muchos cortometrajes y hay gente inexperta que cree que el cine empezó con Tarantino. Disfruto mucho aprendiendo, pero me molesta que me enseñen en este momento. Hay gente muy estúpida y muy inteligente.

Estudias Medicina. ¿Alguna vez has pensado que deberías haberte dedicado a sanar tu cuerpo en lugar de intentar sanar tu alma?

Estudié medicina porque mi padre era médico. Pero nunca me arrepentí. Hombre, me gustaría vivir tres vidas: una para ser director de orquesta, otra para ser médico y otra para ser actor.