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La primera Bienal de Venecia Se celebró en 1895 y no fue hasta 1922 cuando España construyó su propio pabellón. Fue el arquitecto Vaquero Palacios quien lo diseñó, probablemente tomando como referencia la calle junto a los Jardines Giardini. Esta referencia provocó que el edificio quedara ligeramente inclinado con respecto a las vecinas Bélgica y Holanda. Esta edición de la bienal, que se desarrollará del 23 de abril al 27 de noviembre, coincide con la celebración del primer centenario del pabellón y lo hace con Correcciónproyecto con el que Ignasi Aballí Intente corregir este error inicial.
“Desde el principio tuve claro que quería hacer una intervención específica para el contexto del pabellón y de la ciudad”, afirma Aballí. Desde muy temprano tuvo la idea de reconstruir el interior de un edificio que, en términos de planta, está torcido. Aunque al principio parecía un proyecto fácil, rápidamente entendió que no lo era y que requeriría “mucho esfuerzo, tanto físico como conceptual”. Esta corrección, sin embargo, “Provoca un doble error y ambas estructuras no pueden coexistir sin hacer concesiones”añade Bea Espejo, comisaria del proyecto.
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El concepto de error no es nuevo en la carrera de Aballí, ya ha trabajado con él en varias ocasiones y, en sus propias palabras, “cometo más errores que aciertos y Quería llevar el error a la derecha”. De esta forma, Aballí reconstruye el interior del edificio, girándolo diez grados para alinearlo con los edificios adyacentes. Sin embargo, “dar la vuelta nos hace alejarnos de nuestros vecinos”, subraya Espejo.
Esta transformación a escala 1:1 genera nuevos espacios y también la pérdida de otros, “las esquinas, por ejemplo, no encajan”, afirma Aballí. Esto crea puntos ciegos, lugares que caen en desuso o paredes que se cruzan. Una vez finalizada la intervención, que Aballí considera casi más escultórica que arquitectónica, se dio cuenta de que genera varios antagonistas: dentro y fuera, lleno y vacío, temporal y permanente, nuevo y viejo, original y copia.
qué preguntas Corrección es el tiempo, algo escaso en el contexto de una bienal como la de Venecia en la que el tiempo medio de visita a cada pabellón no supera los tres minutos. “En estos pocos minutos lo que ves te tiene que seducir y lo que Aballí pide al espectador es que tome el pulso del tiempo”, apunta Espejo. Sólo con una pausada contemplación el espectador puede percibir todo lo que el artista propone con esta intervención aparentemente silenciosa.
Hay pistas que alertan al visitante de que algo está pasando, aunque parezca que ha entrado en un espacio vacío. Las paredes de su intervención fueron pintadas de un blanco diferente al original y los zócalos también son diferentes. Además, se abrieron por primera vez las claraboyas. “Nunca se han abierto porque la luz que entra en ellos puede dañar las obras expuestas, pero esta vez genera nuevas lecturas”, afirma Bea Espejo. La luz entra y pinta las paredes, por lo que no vives la misma experiencia si vas al Pabellón de España por la mañana que por la tarde.
Venecia correcta
La propuesta de Ignasi Aballí tiene otro aspecto en el que se sustenta. se trata del edición de seis libros más un mapa que invita a descubrir la ciudad y algunos de sus rincones menos conocidos. “Son una especie de guías que corrigen la idea de esa Venecia turística, masificada y, de nuevo, cuestionan la idea del tiempo”, afirma Espejo. Lo que propone Aballí es una especie de competición que recorre la ciudad desde el pabellón. Allí se recoge el primer objeto: un mapa borrado de la ciudad en el que sólo son visibles los lugares donde se encuentran los demás libros (todos gratuitos).
A la salida del pabellón, en el primer quiosco situado en Giardini, se puede adquirir el primer libro. con derecho horizontes, reúne paisajes de mares y cielos que se funden con el horizonte veneciano extraídos de recortes de periódico. Inventario propone una visita por las calles de Venecia centrándose en los colores de las paredes y Casi es un viaje conceptual por el pabellón, la Bienal y la ciudad que se puede adquirir en Editrice Filippi, una librería donde sólo se pueden encontrar libros sobre Venecia.
ellos lo siguen cuentosun pequeño libro que reúne diapositivas de Venecia que el artista ha ido recopilando y en las que se muestran obras de arte, otras ciudades y otros viajes, Panorama mirar el micro, los detalles de la ciudad, y Paisaje Vuelve al texto y alude a otras obras del artista.
“Es un flashback secreto porque incluye otros trabajos anteriores como Correccióntrabajo en el que cubrí un espejo con tipex, Lista de errores cualquier secuencias de tiempo”, enumera Aballí. El artista cree que este proyecto no sería aceptado por un arquitecto porque “tiene un toque de absurdo. ¿Qué sentido tiene corregir algo que ya está aprobado?”, se pregunta. Por último, Corrección plantea más preguntas que respuestas.